El rostro de los olivos

En la entrada anterior hablábamos de los paseos de Susanna Bauer, durante los cuales recolectaba objetos que salían a su encuentro, y que ella se encargaba de transformar y relacionar para que pudieran comunicarse con nosotros.

En el caso de esta exposición, El rostro de los olivos, la naturaleza y el (lento) paso del tiempo, han hecho la mayor parte, como ocurre con las cuevas cuando nos regalan mil formas de carbonato cálcico, abiertas a ser interpretadas como si se tratasen de test de Rorschach, aunque haya veces que el hombre transforme estas  cavernas en parques temáticos, y poco se deje a la imaginación del espectador.

Sin embargo, aunque las figuras captadas por las cámaras de los tres fotógrafos parezcan un regalo de los olivos milenarios, pasarían desapercibidas para el paseante poco atento o impaciente, quizá por ello, y por los cientos de años que se toma la naturaleza en dar forma a estos troncos de la sierra de Tramuntana (Mallorca), la exposición de fotografía se enmarca dentro del slow art.

Algo me recuerdan las pocas fotos que he visto de la exposición, al parque de Bomarzo, convertido hoy en otro decadente parque temático, con tienda de regalos incluida. Quizá ambas sean expresiones de sufrimiento. La diferencia es que los monstruos de Italia fueron tallados por encargo, y las figuras captadas por Pere Ferrer (historiador), José Sedano (economista) y Daniel Ferrer (productor) son manifestaciones de lo que duele el viento, el hielo y el sol en los troncos fotografiados.

Si tienes la suerte de estar en Barcelona antes del 22 de febrero, puedes visitar la exposición en la Fundación Setba (Plaça Reial, 10). Y si no, piérdete con tu cámara entre los troncos que tengas más a mano.

Cartel Expo Olivos

3 comentarios en “El rostro de los olivos

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  2. La naturaleza siempre nos regala cosas como estas, pero hay que saber mirar e ir con los ojos bien abiertos. La belleza se encuentra en los lugares más insospechados.
    Los troncos de los árboles son una cosa que me fascina.

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