Una pareja se hace un selfie con un grupo de balseros como escenario. Unos niños han tocado fondo abordo de sus jolateros, aunque realmente, todos los personajes que representa Jason deCaires Taylor en el Museo Atlántico de Lanzarote, tocaron fondo literal y metafóricamente.
Museos bajo el agua
El escultor Jason deCaires Taylor (Reino Unido, 1974) instaló en 2006 su primer parque de esculturas bajo las aguas de Granada (Antillas Menores, mar Caribe), dos años después del paso del Huracán Iván, de categoría 5 (vientos de 270 km/h), que acabó con el 90% de las viviendas del país. El conjunto escultórico está considerado como una de las 25 Maravillas del Mundo por National Geographic.
A esta instalación siguió en 2008 la de México (entre Cancún e Isla Mujeres), que bajo la denominación de Museo Subacuático del Arte (MUSA), acoge casi 500 esculturas.
Ocean Atlas, en Bahamas, es una escultura de 60 toneladas de una joven que, en lugar de sostener el cielo, sostiene la superficie del agua desde 2014.
Cuatro jinetes del apocalipsis moderno, The Rising Tide (la marea creciente) miran en Londres desde el río Támesis hacia el parlamento británico. Viendo las esculturas, será innecesario explicar que se trata de una crítica a la ausencia de políticas que no nieguen el calentamiento global.
Museo Atlántico de Lanzarote
Como comentábamos al principio del post, deCaires retrata la sociedad actual desde un punto de vista crítico hacia nuestras actitudes, forma de pensar y comportarnos, el consumismo, culto a la imagen y la desinformación. Te recomendamos un paseo, aunque sea virtual, si no dispones de licencia para bucear a 12 metros de profundidad en el Museo Atlántico.
Por qué la obra de Jason deCaires Taylor es relevante
- Porque se puede ser crítico con la sociedad sin caer en lo estridente, lo grotesco, lo desproporcionado.
- El autor trata al espectador como un ser capaz de llegar a conclusiones cuando se ve a sí mismo representado en cemento.
- Su obra tiene el objetivo de transformar la vida del ser humano y la naturaleza que lo rodea, para hacer un mundo mejor.
- Por el concepto de museo en transformación permanente, en un entorno tan poco transitable como las profundidades marinas.
¿Puede una obra de arte transformar el mundo?
Sí, sin duda. Jason deCaires llama la atención de los que nos limitamos a contemplar el mar como una vasta lámina de agua, inabarcable e indestructible. Pero lo cierto es que la actividad humana, mediante el consumo de combustibles fósiles (calentamiento global), sobrepesca, vertidos ácidos, uso de plásticos… está destruyendo la vida que no vemos desde la orilla.
Estos museos suponen recursos económicos que se destinan a preservar el medio donde se encuentran, y hacen de polo de atracción turística que libera de visitas otras zonas sensibles, como son los arrecifes naturales.
El artista, no solo comunica con su obra: es un conocido divulgador en distintos medios sobre lo necesario que es parar la destrucción del medio marino.
Esculturas que son viveros
Las esculturas están hechas de cemento de Ph neutro, con una superficie rugosa que ayudan a esponjas, corales y otros seres marinos a instalarse en su “piel”. De esta manera, las figuras se visten de color según los organismos que las cubren, dando origen a escenas mágicas que se transforman en poco tiempo.
También dan cobijo a otras especies menos visibles al ojo humano, que atraen a depredadores y oportunistas, formando un ecosistema, que de otra forma sería un lecho desértico.
Cómo nos gustaría contar con un museo así frente a las costas de Dénia. Mientras, nos conformaremos con bucear entre nuestros alter ego y nuestras sombras, de forma virtual.