Industria tradicional. Diseño actual. Color. Exportación. Empleo. Salarios dignos. Expansión. Reputación. Dignidad. Riqueza. Reciclaje. Valenciano. Español.
Barato. Explotación. Contaminante. Chino. Copia. Pobre.
A los consumidores nos da igual. A los políticos ni os cuento. Deben más favores a los bancos que a los que producen.
Resultado: se acaba la industria local. La tradición. La innovación. El empleo. Polígonos industriales vacíos. Silencio. Nudo en la garganta. Desolación.
La Mediterránea. Aún reparten alegría y color en cristales con mil formas, unas nunca vistas y otras que bien podían estar en una exposición de diseño finlandés. Moderno. ¿He dicho colorido?. Original. Una imagen de marca impecable. Se ve que en su día apostaron por transmitir esa profesionalidad en su web, catálogos, papelería, tienda… Los imagino orgullosos, posando en el stand de una feria internacional, por ejemplo en Milán.
Reciclaban todo el vidrio que empleaban en la fábrica de l’Olleria (Vall d’Albaida, Valencia), le quitaban el plomo, soplaban, moldeaban, coloreaban. Así desde 1975.
Pararon el horno en abril. A ningún político le importa: mejor aprobar una ley de costas que reactive la construcción, que es lo que de verdad crea riqueza.
Pronto, podrás ver y comprar algo de La Mediterránea en Almabrava.
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