Mucho y barato

Manojos de esparto. Foto de Balikypopoy.

Es desolador entrar en cualquier almacén, de pueblos que tradicionalmente trabajaban las fibras naturales, como Gata de Gorgos, y ver que todo viene de fuera. Lo más cerca, de Marruecos.

Balikypopoy lo componen María y Silvia. Recolectan el esparto que crece en los alrededores de Casinos, el pueblo del interior de Valencia donde viven, lo trenzan y lo tejen con la forma que ellas diseñan. Por lo que cuesta un cuenco de Balikipopoy, te puedes comprar siete hechos en China.

Aprendieron de su abuelo un oficio que vivió mejores tiempos, cuando se valoraba lo duradero. Hoy, China nos surte de casi todo lo que necesitamos para vivir. Mucho y barato.

En uno de esos almacenes de Gata, encontré un gran cuadro pintado al óleo exacto a otro que vi en una tienda de muebles «de diseño». Una especie de Sorolla playero pintado con trazo grueso, con unas figuras humanoides que pretendían ser niños. Precio irrisorio; además creo que se vendía con pareja a modo de díptico.

Los chinos hace tiempo que se dieron cuenta de la fiebre vintage que padecemos desde que tenemos Pinterest –o antes–, y nos saturan con todo tipo de copias más o menos grotescas de carteles, envases, muebles, sin necesidad de acudir a un mercadillo o tienda del centro.

El gobierno chino, hace años impulsó la transformación de parte de los campos de algodón –camisetas y aceites de precocinados– en cultivos destinados a la alimentación, tanto del propio país como de otros: ya nos surten de alimentos frescos tan mediterráneos como los ajos y cebollas, mas los que están por llegar (he visto simultáneamente naranjas caídas bajo el árbol, sin recoger, y redes de naranjas de Argentina en el súper).

Nos enteramos de que un alimento se importa de China, cuando se da alguna intoxicación en Alemania. Aquí eso no pasa, ya que directamente se oculta información al consumidor, como el ejemplo de la etiqueta de la miel del supermercado: «miel procedente de la UE, y de fuera de la UE», en vez de «miel procedente de China, de abejas atiborradas a antibióticos».

Igual, gracias a la huerta china, el asesor-cocinero de Fabra, idea unos menús –muchos y baratos– que suplan, en época de vacaciones, el socorrido comedor escolar para muchas familias.

En fin, pido disculpas a Balikypopoy por esta entrada, que pretendía ser un canto a lo singular, autosuficiente, sostenible y valiente que creo que es vuestro trabajo. Y me ha salido esto.

Como siempre, las palabras en azul son enlaces.

2 comentarios en “Mucho y barato

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